«Anecdotas? te cuento unas rápidas de este mes…

• Uno que llama asustado/mosqueado/acojonado que le han borrado todos los emalis. Resultó ser que había quitado el icono del email del dock. 😀
• Uno que dice que no puede enviar emails. Resultó ser que no sabía que no se puede poner en el «para»… «email para cristina» 😀
• El que guarda las cosas en la papelera. 😕
• Al que le molestan los emails y los borra nada más leerlos. 8-?
• El que te pregunta la dirección de su web mil veces, porque no sabe (ni quiere saber) guardar un favorito. ¿?¿?¿?
• El que te dice que su web ha desaparecido y es que ya no aparece en la primera posición de google. (qué manía hay de escribir las url en google en vez del campo de direcciones) ¿?¿?¿?¿?
• El que llama para que vayas a cambiarle la firma del correo electrónico.
• El que te pide que vayas a explicarle porque se ha enterado, pero no sabe, que puede copiar dos (o más) ficheros a la vez de la tarjeta de la cámara al ordenador.
• El que te pide que le pongas un PC en vez del Mac que no se aclara. Le pones un PC con Vista y te dice que no… que Mac no!!!! ¿?¿?¿?¿?
• El que utiliza hotmail (por web), a pesar de pagar 600 euros por un alojamiento y dominio, y es que no sabe configurarse una cuenta de correo, y no conoce a nadie que se lo pueda hacer.

…

Y uffff instalar programas, descargar cosas de internet… flipas… hay gente mucha que no sabe donde tiene las cosas… donde las guarda, flipas, flipas.

¿Por qué crees que la gente tienen esos escritorios que tienen?

Y no son chistes de libro… son cosas que he visto con estos ojos!!! 😀

Y yo pensaba que la gente joven era la bomba… pero son todos una panda de zoquetes que lo flipas … les sacas de facebook y del hotmail y no saben ni zorra. Ayer justo unos chavales me preguntaban: «r., tú que sabes mucho… ¿cómo se pone el #?»

Ojo!!! y me parece perfecto… cada uno que sepa lo que tenga que saber… los hay que sabemos un poquito más que la media, y otros sabemos un poquito menos.

Y a mí que me den pasta por hacer esas cosas!!!»

.

Alguien le respondía:

«Pués yo tuve que enseñar a manejar un programa a una señora que, cuando tuvo el puntero encima de dónde debia hacer clic, levantó el ratón de la mesa y apuntó a la pantalla como si fuera el mando a distancia de la tele. Todavía alucino cuando lo pienso.»